La vida de Domingo Nardoni siempre transcurrió en dos ruedas, le gustaban los deportes pero su pasión fue el ciclismo. Fue su primer juguete a los 15 años y ya a los 18 años empezó a competir corriendo para alguna empresa del rubro. Llegando a lo largo de su vida a muchos logros en este deporte, pero el máximo fue el Campeonato Argentino en Capital Federal.
Toda esa ferviente pasión la depositó en su Taller de Bicicletas, el cual inició allá por el año 1949, en ese tiempo era un trabajo artesanal el que se realizaba al fabricar los cuadros de bicicleta, no como ahora que se realizan en serie. Casa Nardoni paso tiempos económicos buenos y malos, varias inundaciones pero la peor en el año 1986, pero todo lo supo superar con labor y apoyo de sus seres queridos.
Al ver que en Villa Gobernador Gálvez empezaba a aumentar la circulación de motos y motocicletas, marcas como Gilera, Zanella y otras, supo ver la necesidad de una casa de repuestos para motos en la ciudad y fue un hecho, hoy en día dentro del actual local duermen en una estantería que el mismo hizo construir de madera, repuestos originales de motos de aquellas épocas que coleccionistas se enteran y vienen a buscar desde muy lejos.
Su esposa Olinda y sus hijas María Eva, Bety y Silvia fueron las precursoras de la expansión hacia el rubro Bazar y Juguetería que actualmente perdura.
Mucho más adelante a mediados de la década del 80 nace Narol Cycles en una fusión de Domingo Nardoni con su yerno, quedando allí el Taller, además de venta de rodados, reparacion de bicicletas, venta de accesorios y en el 2003 se abre una sucursal en Av. San Martín.
Domingo Nardoni se destacó siempre por su gesto afable, bondadoso y carismático, lo que lo llevo a desarrollarse tanto en el ámbito comercial como en el social, trabajando hasta los 83 años. Esto se ve en que ya la tercera generación esta trabajando en la Empresa. El Complejo Casa Nardoni alberga a hijas, yernos, nietos y ya hay un pequeño bisnieto esperando.
Todos su esfuerzos y convicciones, fueron y aún son valorados por sus clientes y amigos que tienen los mejores recuerdos de Don Domingo Nardoni
Sesenta años no es poco y hoy sus familiares agradecen a la ciudad su acompañamiento en esta trayectoria y su apoyo incondicional para llegar a cumplir este aniversario. También hacen extensivas las gracias a sus proveedores que siempre supieron ofrecerles lo mejor.
Un negocio que nació sobre ruedas, y seguirá rodando con el sello inigualable del recuerdo de Don Domingo Nardoni.
Habrá festejos a lo largo del año y por supuesto usted lector se enterará en nuestras páginas
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