En la actualidad ante la aparición de una dolencia, malestar o sufrimiento físico, nadie dudaría en acudir a un médico general o especialista, en busca de un buen diagnóstico y tratamiento.
Sin embargo existen –aún en nuestros días- ciertas resistencias o prejuicios a la hora de realizar una consulta cuando ese dolor, malestar o sufrimiento es de origen psíquico o emocional, otorgándole de este modo, a nuestra Salud Mental una categoría de menor jerarquía.
En general se desconoce y se subestima, la verdadera importancia de este bienestar, como quizás ocurre con la mayoría de los bienes que tenemos, cuando sólo podemos apreciar su valor, una vez que están perdidos.
Pensemos qué acciones y vivencias tan simples y tan complejas a la vez como: trabajar, estudiar, tener proyectos, vincularse con los demás en los diferentes contextos y roles que nos tocan (ser madre, padre, esposo/a, trabajador/a, alumno/a, amigo/a, etc.) requieren de ciertas condiciones de salud y bienestar psicológico para obtener un buen desempeño en cada uno de esos desafíos.
Cuando consultar:
Una consulta psicológica es oportuna, cuando es realizada a tiempo.
Suele funcionar de modo preventivo, obteniendo mejores resultados en menor tiempo.
Si bien es cierto que todas las personas manejamos «tiempos diferentes», es importante establecer que cuando más temprana sea la consulta respecto de cualquier problemática, mayor probabilidad de mejor y pronta respuesta.
Motivos de consulta:
Los motivos de consulta serán tan variados como personas acudan a la entrevista.
De igual modo, intentaremos hacer una «consideración general» de aquellos motivos que podríamos mencionar que merecen –entre tantos otros- una consulta psicológica:
«Toda situación constante, persistente y repetida que perturbe, afecte, inhiba o dificulte el normal desarrollo de nuestras actividades y desenvolvimiento de nuestra vida diaria»
Sólo por citar algunos ejemplos, deberíamos consultar cuando:
* La tristeza, la apatía, el desgano y la falta de proyectos nos agobia y hacen que se pierda el sentido de la vida.
* Cuando todo nuestro entorno, que antes nos resultaba familiar, ahora se percibe como amenazante y nos sentimos solos e incomprendidos.
* Cuando el miedo o la ansiedad nos impide salir a la calle, trabajar, viajar, relacionarnos.
* Cuando el temor y la inseguridad afectan el rendimiento, impidiendo rendir exámenes por ejemplo.
* Cuando cualquier situación inesperada hace que perdamos el control de nuestros impulsos.
* Cuando padecemos cualquier tipo de adicción (alcohol, drogas, juego).
* Cuando el estrés genera trastornos psicosomáticos, insomnio, problemas digestivos, trastornos sexuales, etc.
* Cuando esta distorsionada nuestra imagen corporal afectando gravemente la autoestima. Cambios bruscos en los hábitos de alimentación.
* Cuando la comunicación con los demás ya no es efectiva ni positiva, sino que es un obstáculo en nuestra vida de relación.
En resúmen, son múltiples y variados los motivos por los que una persona puede acudir al consultorio, en búsqueda de una escucha y orientación profesional.
La consulta oportuna, no sólo tenderá a la eliminación o atenuación de los componentes patológicos del paciente, sino también a la estimulación del área sana, a potenciar los recursos presentes en pos de un trabajo de promoción y prevención de la salud mental.
Analia Giosia - Psicóloga. (Mat. 2785)
Prof. Universitaria en Psicología
Ctro. de Especialidades Médicas «Dr. Rivero Covre»
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