martes, 22 de junio de 2010

Día del Padre

Ser Padre Hoy
¡Qué nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán…! dice el canto famoso de la cancha.
El Día del Padre es un día especial, se conmemora un lazo efectivo fuerte, que va desde la vida a la muerte.
Puede ser un día para festejar, para lamentase o para olvidar.
Hay buenas y malas relaciones con los padres. Hay algunos grises también.
Es tema es que nadie lo es, nadie es El Padre, salvo el de la Iglesia.
Todos somos hijos de alguien, pero no todos somos padres porque no solo se trata de concebir sino luego, de seguir con esa responsabilidad que dura toda la vida.
Diego Maradona, por ejemplo, sigue buscando uno, primero fue su amigo Cópola, luego el médico de cabecera, alguien que lo cuide que sepa un poco más que el de la vida, que le diga que hacer y que no. Pero no lo encuentra. Así esta como perdido y desorientado como no sabiendo que hacer con la pelota.
Un padre guía, marca, dice algo, da consejos y obliga a llevarlos a cabo. También un abuelo o un amigo pueden hacer algo parecido a un padre, pero nunca es lo mismo. Así como se dice "la mama es la mama", el padre es el padre, pero a veces es más difícil encontrarlo. Es frecuente rivalizar y competir con ellos pero la realidad es que su ausencia sería más dolorosa por esos enfrentamientos.
También se presentan casos en los que muchos no quieren hacerse cargo de su paternidad. Muchos hijos tienen que recurrir a la vía legal para un reconocimiento.
Por eso en este tiempo es importante escuchar a los que escucharon antes que nosotros a los viejos.
Se observa hoy en día que la función paterna es como un gran globo que se va desinflando y que con el aire que va perdiendo va disminuyendo la importancia dada a los padres y a las autoridades en general. Esto se ve fundamentalmente en las escuelas porque cuando se dice que no hay límites, se está diciendo no hay padres.
Sin embargo, la misma sociedad ha puesto un montón de obstáculos en el medio para que los padres no sean vistos y escuchados. La Tele, el celular, la computadora, son algunos de ellos.
Pero el viejo y la vieja nunca pasan de moda. Estamos obligados a seguir sus pasos, aunque muchas veces no queramos. Es muy difícil cuando nos toca a nosotros ser padres no parecernos en algo, no imitarlos repitiendo algunos de sus mismos errores.
Siempre los llevamos con nosotros. Hacer uso de sus consejos e ir más allá, parecernos y diferenciarnos. Esa es la idea.

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