El primer festejo en Argentina fue el 24 de agosto de 1958, en honor a José de San Martín, por ser considerado “Padre de la Patria”. De todas formas, luego de instauró el tercer domingo de junio.
En los últimos 20 años, el rol del padre de familia se ha transformado y poco ha poco ha dejado de limitarse al papel de generador de hijos y proveedor de bienes y ha ido reconociendo que también puede llegar a ser un proveedor emocional. Sin embargo, para el psicólogo clínico Humberto Guajardo Acuña, en la actualidad no existe un parámetro definido a seguir, pues el prototipo “que conocíamos del papá que imponía y mandaba ya no existe, ya no se tiene ese referente histórico”.
Que no sea autoritario, no quiere decir que ha perdido autoridad. El padre es más parte de la crianza de los niños y trata de tener cantidad y calidad de tiempo junto a sus hijos. Por su puesto cada familia es un mundo y depende de cada padre la comunicación y el contacto con sus hijos tengan la edad que tengan. Pero seguramente esto tendrá repercusión en la relación padre e hijo.
Disfrutar de nuestros hijos o de nuestros viejos, en este tan cercano día del Padre depende de nosotros. Muchas veces es un día de reflexión y de dar cierres a pasados que no nos dejan disfrutar el presente. El mejor regalo quizás es demostrarle a nuestro viejo que lo necesitamos con un presente o con un fuerte abrazo.
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