viernes, 20 de mayo de 2011

Las normas sociales en el contexto del Protocolo

Todo el tiempo escuchamos hablar de normas. Las normas o reglas establecen qué debemos hacer o dejar de hacer en determinados momentos y circunstancias. Pautas de conducta, códigos disciplinarios, códigos de etiqueta y urbanidad, derechos humanos; todas las acciones humanas están guiadas por reglas. La mayoría de las normas que rigen nuestra conducta han sido pensadas por otros y nosotros simplemente las aprendemos desde que somos chicos, aunque todos participamos en el proceso de crearlas. Detrás de cada acción que realizamos hay una regla y resultará imposible ser libre en una sociedad sin ellas. La libertad de interpretación se da en la convivencia, en la relación con los demás.
Si tomamos una costumbre de nuestro pueblo, aquello que consideramos cotidiano, y la transcribimos para ser luego utilizada con cierta formalidad, aplicàndola en un momento y un espacio determinados; ésta costumbre se transformará en una regla a seguir. Para que esto suceda tiene que haber un consenso entre quienes la van a aplicar y quien la va a cumplir y el valor que ésta tiene como tal. Tendremos, así una norma de Protocolo. En algunos casos, esto es muy complejo, como cuando se trata de las normas jurídicas. Las normas varían de sociedad en sociedad, pero se puede suponer que las reglas más importantes son aquellas que organizan la vida social y permiten que nos entendamos. Sin embargo los procesos de globalizaciòn generados en la última década del siglo XX han traído muchos cambios importantes en la vida de las personas y así como las tradiciones y las costumbres cambian por ende cambian las normas.
Si quisiéramos aplicar ese Protocolo escrito en un entorno de socialización en el logro de un objetivo lo hacemos a través del Ceremonial, entendièndolo como la forma práctica de exteriorizar toda la ritualidad humana, todo lo que el hombre genera en relación con otros en determinados momentos en forma de ritos y ceremonias. A menudo se tiene la idea poco acertada de que el Protocolo y Ceremonial son un conjunto de reglas aplicadas al entorno de actos públicos y solemnes que únicamente se circunscriben al ámbito oficial, al contexto de un jefe de Estado, al servicio Diplomático, a la realeza. Lo que sí parece claro es que ambos términos coinciden en hacer referencia a una serie de reglas cuyo fin es la ordenación de personas y acontecimientos en unas coordenadas de espacio y tiempo. En un sentido práctico ceremonial es todo lo relativo al uso de las ceremonias; mientras que protocolo es una regla establecida por decreto (por ley). El alcance de muchas de sus normas, usos y costumbres trasciende esos límites hacièndose extensivos a otros, aunque con distintos matices y aplicaciones: ceremonial en el ámbito institucional, empresario, social; y protocolo al ámbito de las relaciones internacionales, de palacio o de estado.
Ahora que sucede con nuestro entorno diario, con nuestra vida cotidiana. Bien, también deberíamos aplicar normas. Por ejemplo, cuando un adolescente le da paso ante sí a una señora mayor en la puerta del Banco, además le abre la puerta y la sostiene hasta que ésta pase, tenemos ahí una regla básica de cortesía. Estas costumbres no escritas son también normas informales (es decir que no están escritas, ni su sanción claramente establecida), pero cuya validez está dada por las tradiciones que marcan que las cosas se deben hacer de un modo determinado y no de otro, simplemente porque se vienen haciendo desde hace mucho tiempo (costumbre) y tienden a hacerse populares.
Las normas nos permiten vivir en sociedad, no solo aquellas que establecen el respeto sino para todas en general. Las reglas nos limitan, pero no significa que no podamos innovar. Así las normas sociales se aprenden a lo largo del proceso de socialización que se desarrolla durante nuestra vida. Esas reglas se nos imponen a través de protocolos escritos y no escritos, aunque muchas veces no seamos conscientes de que el ceremonial está presente en distintas situaciones diarias.
El Protocolo y el Ceremonial son básicamente generar orden, armonía, prolijidad y por sobre toda las cosas respeto. En donde más se aplica es en los eventos y actos ya que incluyen en su ejecución variadas ceremonias. Lo vemos en su proyección social en Bodas, Aniversarios; en el ámbito diplomático por excelencia; en el ámbito oficial en actos con cierta o mucha solemnidad. Hoy las empresas miran al Ceremonial como una herramienta de comunicación corporativa dado que el protocolo empresarial está orientado a los negocios y éstos a la responsabilidad y respeto hacia los diversos grupos sociales.
Las normas sociales en general protegen valores morales y éticos. También se puede sostener que el fundamento de los valores es el consenso acerca de cuáles son aquellos que se consideran supremos de nuestra sociedad. Este consenso no debe ir en contra de derechos que son universalmente reconocidos y aceptados por todos.
Según la Academia Argentina de Ceremonial Protocolo se refiere a la norma escrita implantada por ley o por costumbre, y Ceremonial a la forma por medio de la cual aquella se manifiesta. Sin embargo, reconoce en el término Ceremonial un uso en el Virreinato del Río de la Plata y en la legislación anterior a 1810 y en el Derecho Nacional. Los ordenamientos españoles y las disposiciones del Derecho Indiano emplearon muchas veces la palabra Ceremonial para su aplicación y desarrollo. El 25 de Mayo al declararse la Revolución éstos ordenamientos quedan depuestos. Posteriormente, el 28 de mayo de 1810, la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Rey Don Fernando VII, dio a conocer el “Reglamento sobre el despacho y Ceremonial en actos públicos”. En esas normas se ha utilizado la palabra Ceremonial y en consecuencia la Academia Argentina sugiere excusar la palabra Protocolo, sustituirla por la de Ceremonial y emplear esta última en organismos oficiales, en instituciones privadas, en la enseñanza y en el uso corriente del término.
El decreto nacional Nº 1574 de 1993 declara al 28 de mayo como DIA NACIONAL DEL CEREMONIAL en todo el ámbito de la República Argentina, en reconocimiento al 28 de Mayo de 1810 en que se emitió el “Primer Reglamento Protocolar” que se ha dictado en el país.
A todos los Ceremonialistas, Técnicos y Agentes de Ceremonial “Feliz Día”.
* Andrés Zalazar.
Organizador Profesional de Eventos y Actos
Consultor en Protocolo, Ceremonial y Relaciones Públicas.

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