Todos somos atraídos por productos o servicios que representan calidad y prestigio. Al momento de la compra, elegimos productos que estén presentes en nuestra memoria, los elegimos por su marca. Y cuanto más caro es el producto, más incide su marca en la elección.
Hoy la marca es el activo más importante de la empresa. Hace que el producto esté presente en la mente del consumidor, lo hace distinguible en el mercado, en la góndola del supermercado, en el almacén. El público elige marcas que conoce.
Esto es una herramienta de enorme poder para el empresario, y debe saber administrarla. La marca transmite la trayectoria de la empresa, su prestigio, se fija en la memoria del cliente, lo fideliza. El emprendedor invierte dinero y tiempo para desarrollar ese nombre que lo identifica, gasta en publicidad, papelería, cartelería, rotula vehículos, contrata especialistas en marketing. Todo este dinero y tiempo invertido tiene el mismo objetivo: comunicar la marca al público consumidor, hacerla entrar en su memoria.
Pero para que esa marca sea propiedad del emprendedor, es necesario que la registre. Solo de esta forma estará seguro de tener la exclusividad en su uso. Si no la registra, cualquier persona o empresa podrá utilizar ese nombre para sus productos, servicios o locales comerciales, aprovechando así la publicidad y trayectoria del emprendedor.
Lo ideal es que el emprendor consulte con una empresa dedicada a la custodia de marcas al momento en que esté dando los primeros pasos. En ese momento, se realiza una búsqueda de marcas registradas para determinar si esa marca es registrable, o si ya se encuentra registrada a nombre de otra persona. A diario tenemos consultas por parte de emprendedores que vienen desarrollando su actividad sin registrar la marca, y al momento de expandirse se encuentran con que ese nombre (o uno similar) hace años estaba registrado a nombre de otra empresa. Como resultado, el emprendedor queda estancado, con una marca que trabajó para desarrollar por varios años de la cual no será nunca propietario, sin poder pasar mercadería por la aduana, y bajo riesgo de ser accionado penalmente y civilmente por el propietario registrado. Esa empresa estará destinada al fracaso.
Además de ello, existe otro riesgo de no registrar la marca: puede ser registrada por un tercero. Mientras la marca no sea registrada, cualquier particular o empresa puede registrarla y exigir al emprendedor que deje de utilizarla. El emprendedor se verá envuelto en un costoso juicio que puede terminar con su empresa y en un proceso penal por usurpación marcaria.
En síntetis, desarrollar una marca no registrada es como adquirir un automotor sin documentación, en algún momento te quedarás sin el auto y sin el dinero pagado por él.
Lauritsen & Asociados
Agentes de la propiedad industrial, marcas, patentes y modelos
Hoy la marca es el activo más importante de la empresa. Hace que el producto esté presente en la mente del consumidor, lo hace distinguible en el mercado, en la góndola del supermercado, en el almacén. El público elige marcas que conoce.
Esto es una herramienta de enorme poder para el empresario, y debe saber administrarla. La marca transmite la trayectoria de la empresa, su prestigio, se fija en la memoria del cliente, lo fideliza. El emprendedor invierte dinero y tiempo para desarrollar ese nombre que lo identifica, gasta en publicidad, papelería, cartelería, rotula vehículos, contrata especialistas en marketing. Todo este dinero y tiempo invertido tiene el mismo objetivo: comunicar la marca al público consumidor, hacerla entrar en su memoria.
Pero para que esa marca sea propiedad del emprendedor, es necesario que la registre. Solo de esta forma estará seguro de tener la exclusividad en su uso. Si no la registra, cualquier persona o empresa podrá utilizar ese nombre para sus productos, servicios o locales comerciales, aprovechando así la publicidad y trayectoria del emprendedor.
Lo ideal es que el emprendor consulte con una empresa dedicada a la custodia de marcas al momento en que esté dando los primeros pasos. En ese momento, se realiza una búsqueda de marcas registradas para determinar si esa marca es registrable, o si ya se encuentra registrada a nombre de otra persona. A diario tenemos consultas por parte de emprendedores que vienen desarrollando su actividad sin registrar la marca, y al momento de expandirse se encuentran con que ese nombre (o uno similar) hace años estaba registrado a nombre de otra empresa. Como resultado, el emprendedor queda estancado, con una marca que trabajó para desarrollar por varios años de la cual no será nunca propietario, sin poder pasar mercadería por la aduana, y bajo riesgo de ser accionado penalmente y civilmente por el propietario registrado. Esa empresa estará destinada al fracaso.
Además de ello, existe otro riesgo de no registrar la marca: puede ser registrada por un tercero. Mientras la marca no sea registrada, cualquier particular o empresa puede registrarla y exigir al emprendedor que deje de utilizarla. El emprendedor se verá envuelto en un costoso juicio que puede terminar con su empresa y en un proceso penal por usurpación marcaria.
En síntetis, desarrollar una marca no registrada es como adquirir un automotor sin documentación, en algún momento te quedarás sin el auto y sin el dinero pagado por él.
Lauritsen & Asociados
Agentes de la propiedad industrial, marcas, patentes y modelos
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